martes, 24 de septiembre de 2019


Seis sombreros para pensar


    En el año 1985 el psicólogo Edward de Bono, creador del llamado pensamiento lateral, publicó su libro "Seis sombreros para pensar"; cuya metodología para la toma de decisiones en grupo se convertiría con el tiempo en una de las más útiles y reconocidas para el mundo de la  empresa.

    ¿Y en qué consiste la famosa herramienta que el libro nos propone? Pues, sorprendentemente, en algo muy sencillo. El proceso de innovación y creación de ideas se dividirá en las seis siguientes tareas o "sombreros", que serán asignadas a cada miembro del grupo:

  • El sombrero blanco: El responsable de este tratará de pensar de forma neutra y objetiva, el encargado de organizar lo que será la base de datos del grupo. Deberá resolver cuestiones como: ¿Qué información tenemos? ¿Qué información necesitamos y cómo la conseguimos?
  • El sombrero rojo: Encargado de hacer uso de la intuición, los pensamientos y las emociones, se planteará el siguiente tipo de preguntas: ¿Qué sentimientos o emociones me genera la idea? ¿Cuáles puede generar, por tanto, en el consumidor?
  • El sombrero negro: Es juicioso, crítico, y en ocasiones hasta demasiado severo. Debe dejarse llevar por el negativismo, pero siempre de forma prudencial para evitar desanimar al resto del grupo. Tratará de sacarle los puntos débiles al proyecto: ¿Por qué no puede funcionar? ¿Cuáles son los posibles peligros?
  • El sombrero amarillo: Actuará de alma del grupo, el optimista que ve el vaso medio lleno, buscará siempre los beneficios del proyecto. Se trata del opuesto al sombrero negro, y al igual que este, tampoco puede dejarse llevar o acabará en el mundo de la fantasía. ¿Cómo podría funcionar? ¿Cuáles son los potenciales beneficios?
  •  El sombrero verde: Símbolo de la creatividad, el verde le dará mil vueltas a las cosas e irá planteando ideas sin descartarlas, por muy absurdas que en un principio puedan sonar. ¿Qué alternativas tenemos? ¿Existen posibles nuevas soluciones?
  •  El sombrero azul: Deberá controlar y organizar el pensamiento, coordinando, clarificando y recopilando las aportaciones del resto del grupo. Además, tendrá que ser capa de exponer las problemáticas de forma objetiva.
    
   Ya conocemos las diferentes funciones de los sombreros. Ahora, cada miembro del grupo estará 1 minuto con cada sombrero; excepto el azul, cuya función llevará a cabo siempre el mismo miembro, que además se encargará de coordinar la rotación del resto.







viernes, 20 de septiembre de 2019


    Pues aquí estamos, comiena un nuevo curso y volvemos al trabajo. Esta vez vengo de parte de otro profesor, y de otra asignatura. Dejamos atrás a Jesús, gran profesor de economía; comenzamos (o más bien retomamos pasado un año) nuestro cometido con Rosa, de igual reputación, al cargo este de la asignatura FAG, Fundamentos  de Administración y Gestión de empresas. Es seguro que los proyectos cambiarán de temática y de estilo. Sobretodo, aunque continuemos en estrecha relación con el mundo de la economía, en esta ocasión nos especializaremos en el mundo de la empresa, pero no lo analizaremos desde fuera, sino desde dentro. ¿Qué es el emprendimiento? ¿Quién es el empresario? ¿Qué precisamos para lanzarnos al mundo empresarial y montar mi propio negocio? 

    Segundo de bachillerato... ¡Qué duro suena! En ese caso, no queda otra que ponerse las pilas desde la primera semana. Antes de nada, agradecer a Rosa el habernos brindado la oportunidad de continuar empleando el blog para la realización de trabajos; y empezamos el curso con un precioso concepto: La innovación. ¡A por ello!


Pasea por tu ciudad

    Para este proyecto, el objetivo era encontrar en nuestra ciudad dos negocios que desarrollen una actividad innovadora, informarnos sobre ellos y a continuación presentarlo ante la clase.


    El primer negocio elegido se trata del restaurante Kamado Asian Food, ubicado en la Plaza del Poniente, en el centro de nuestra ciudad. No se trata para nada de un "chino vulgaris". Abrieron su primer local en León en mayo de 2018, y su gran éxito les transportó a su siguiente destino: Valladolid. A parte de su llamativa estética al estilo de las calles tokiotas repletas de puestos callejeros y luces de neón; y unos platos, si permiten mi humilde opinión, deliciosos; nos ofrece algo completamente diferente.

    Hablamos nada más y nada menos de un producto importado directamente desde la famosa Gastronomía del Sudeste Asiático, formado por países como Tailandia, Singapur o Filipinas. La acmella oleracea. Flor eléctrica para los amigos. Originaria de Perú y Brasil, sus efectos anestésicos locales y estimulantes del apetito terminaron por transportarla a la cocina asiática. Tras una sensación de cosquilleo eléctrico por toda la boca, empiezas a ensalivar de forma sorprendente, tus papilas gustativas se dilatan, sensibilian, y, finalmente, te conceden una experiencia        totalmente nueva al llevarte la comida a la boca. Sin duda, una experiencia que recomiendo a todos los lectores.


    En segundo lugar, tenemos, también en el centro de Valladolid, esta vez en la calle Juan Mambrilla, La Otra Librería Café. Como su propio nombre indica, al tiempo que disfrutas de una tarde agradable  con tus amigos sentado y disfrutando de una caliente taza; puedes allí adquirir un sin número de títulos de todo género y estilo. Con su apertura en diciembre de 2016 se convirtieron en la primera librería-cafetería de la localidad, una idea traída directamente desde Argentina, donde frecuentan este tipo de negocios. A día de hoy es cierto que tienen un par de competidores por la ciudad, usuarios de la misma idea. Sin embargo, ¿qué implica ser un negocio realmente innovador? Es cierto, inician un negocio único en la ciudad, pero el puesto hay que conservarlo. Fueron innovadores con su apertura y vuelven a serlo semana tras semana, organizando evento tras evento. Talleres ecológicos, debates, reuniones y audiencias con grandes autores que acuden al local a transmitir a esta comunidad, que no negocio, comunidad, sus experiencias, el por qué de lo que escriben, etc. Hoy, viernes 20 de septiembre, por ejemplo, la poetisa Be Gómez acudió con su libro "Todos los finales", y no se marchó sin regalar una firma en los ejemplares de cada uno de los presentes. 

    En definitiva, he elegido este último negocio no sólo porque fueron los primeros en desarrollar la idea de la librería-café en la ciudad, sino por su habilidad para renovarse continuamente y, en especial, por el grupo que han sabido formar en torno a unos clientes asiduos. Al entrar, hay un olor que se superpone al del café y al de los bollos, huele a familia, al olor de un hogar.