lunes, 9 de diciembre de 2019



El certificado digital

  La innovación y el progreso son los factores clave para la mejora de la productividad de las empresas. Hoy, nos encontramos en una fase temprana de la revolución informática, y son los avances en este campo los que más interés despiertan entre las compañías. 

    Como bien sabemos, todas las sociedades de nuestro país reciben, en el momento de su constitución, un NIF, su documento de identificación. Pero además, existe otra forma de identificación más moderna: un documento informático. Se trata de una firma electrónica emitida por una entidad prestadora de servicios de certificación, considerada una autoridad como confirmadora de la autenticidad de la firma. Existen dos tipos:
  • Certificados de clave pública: medio de autentificación.
  • Certificados de atributos: reconocen digitalmente roles, derechos de uso o privilegios de una entidad.
    Lo cierto es que los segundos no se utilizan demasiado todavía; pero los primeros ya están ya bastante presentes en España, y es sobre ellos sobre los que versará este artículo. Así que, sin más preámbulos, vamos al trapo:




El Certificado de Representante 

    Los cerificados de clave pública son un tipo de documento digital en el que además se incluye información sobre la empresa que lo posee, su periodo de validez y las restricciones del certificado. En España, existen dos tipos de certificados de clave pública proporcionados por el Estado: El DNI electrónico y el Certificado de Representante, emitido por la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre - Real Casa de la Moneda (o FNMT-RCM para los amigos, porque menudo nombre).

    El último de los anteriores es el que nos importa, porque este es el empleado por las empresas y estamos en la asignatura de FAG. Se divide en tres: El de Administrador Único o Solidario, el de la Persona Jurídica y el de la Entidad sin Personalidad Jurídica. Para obtenerlo, deberemos dirigirnos a la página web de la FNMT-RCM y elegir aquella de las tres opciones que se corresponda con nuestro tipo empresa. Una vez hecho esto, obtenemos por medio de la página un código de solicitud que deberemos certificar de forma personal en las oficinas de la Agencia Estatal de Administración Tributaria, en las de la Comisión Nacional del Mercado de Valores o en las de la Comunidad Foral de Navarra -estos con los fueros siempre han ido un poco a su bola-; o en caso de no poder asistir deberá ser certificado por un tercero bajo firma del contrato ante notario. Resuelto este trámite, simplemente descargamos en el ordenador el certificado y hecho. Su obtención costará 14  sin impuestos y su validez es de tan sólo dos años.

    Esta forma de identificación trae consigo una mejora de la eficiencia de la empresa, al hacer la comunicación, la distribución y los trámites realizables de forma rápida, económica y en libertad de horarios, a cualquier hora del día y sin esperas. Garantiza la seguridad de los datos transmitidos, siendo imposible su falsificación, y permite cifrar los datos para que sólo sean visibles para el destinatario. Además, todas las operaciones privadas realizadas por empresas en las páginas webs de la Agencia Tributaria, la Seguridad Social y el Registro Mercantil se harán haciendo uso del Certificado de Representante. Con esto, se simplifican y eliminan trámites burocráticos a la vez se evitan errores de procesos manuales. Sin embargo la cosa sólo acaba de empezar: La Administración pretende, en el futuro, que por medio de la red se realicen las presentaciones y liquidaciones de impuestos y la presentación de recursos y reclamaciones.


Conclusión

    Como ya hemos visto, el Certificado de Representante tiene ya bastantes aplicaciones prácticas para las empresas, pero hemos de tener por seguro que estas irán a más: La digitalización de todos los procesos tanto públicos como privados, no sólo los de las empresas sino también los de los particulares, es algo que llega para quedarse. Con el tiempo, todo el papeleo quedará todas tras una pantalla.

    Los medios de certificación digital son un paso más hacia la simplificación de la comunicación e interacción entre unas empresas y otras y entre empresas y particulares. Ya podemos verlo, por ejemplo, en Google. Si miras la dirección web de este artículo, encontrarás las siglas "https". Significa que la página web en la que te encuentras ha sido autentificada y es segura. -Una recomendación: Nunca compres nada por páginas que no incorporen estas cinco letras.- Aún así, esto tan sólo te aporta la certeza de que una página web es de quien dice ser, y no un pirata informático o un ladrón de datos.

    ¿Y si un sistema de certificación se homogeneizase de forma global? ¿O por lo menos a  nivel de la Unión Europea? Sería, desde luego, un paso más hacia la globalización y el libre comercio internacional, facilitando las colaboraciones entre empresas de diferentes nacionalidades. Se trata, si lo pensamos bien, de un nicho de mercado interesante para grandes gigantes tecnológicos como Facebook o Amazon, que podrían ofrecer este servicio a cambio de un pago o simplemente de información; o de una necesidad a cubrir por los Estados, iniciativa que la UE o la ONU podrían poner en marcha. ¿Quién sabe? Pero es seguro que, en pocos años, veremos como este sistema de identificación construye nuevos puentes para el comercio internacional.




    

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